Sonidos rutinarios


La de ayer fue la peor tormenta que ha caído en los últimos cuarenta años sobre la región. Campesinos y ganaderos se lamentaban así del estado de sus tierras y cultivos esta mañana...

– Para la tele, que pa lo que están dando...

Terminaron de comer en silencio, entre los clincs de las cucharas contra los platos y el zumbido de una mosca pesada que revoloteaba sobre la ensalada que nadie cató siquiera.

¿Quién iba a decir hacía unos meses que la cháchara alegre de las comidas se iba a convertir en la tristeza tensa que lo engrasaba todo últimamente?

¿Quién habría dicho que un control médico rutinario podría terminar para siempre con una rutina que parecía incuestionable e instaurar otra, monótona y carcelaria, en menos de medio año?

¿Y qué importaba ya quién lo hubiera podido prever, si no había vuelta atrás?